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En la provincia de Córdoba, Argentina, se encuentra un pequeño pueblo llamado Miramar de Ansenuza, que tiene una historia muy particular. En este post te contamos sobre este pueblo hundido de Argentina que renació por la sequía.

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El pueblo hundido de Argentina que renació por la sequía

La falta de agua dejó a la vista las estructuras que formaban Miramar antes de que desapareciera por una inundación en los años 1970.

El nuevo paisaje provoca nostalgia, pero también logró que los turistas vuelvan a visitar la localidad como sucedió con las Ruinas de Epecuén, en la provincia de Buenos Aires.

Miramar de Ansenuza es una población ubicada en el noreste de la provincia de Córdoba, en el departamento San Justo, sobre la costa sur de la gran laguna de Mar Chiquita.

Cuenta la historia que el balneario de Miramar se desarrolló rápidamente entre los años 1940 y 1960, gracias a las propiedades terapéuticas de las aguas saladas de la gigantesca laguna de Mar Chiquita, el espejo de agua más grande de la Argentina. Hacia 1970, Miramar llegó a tener una población estable de unos 4500 habitantes, con 110 hoteles y un casino. En su época de esplendor alcanzó una capacidad de 70 mil turistas. Turísticamente era lo que es hoy, por ejemplo, Carlos Paz.

Pero el año 1977 lo cambió todo. Un avance intempestivo de la gran laguna Mar Chiquita, se llevó más de la mitad del pueblo de Miramar de Ansenuza. Esta inundación sumergió a unas 37 manzanas, quedando muchas viviendas, hoteles y comercios bajo el agua y significó una emigración masiva de sus pobladores.

De forma gradual el poblado se fue refundando a partir de mediados de los años 1980, tomando como su centro, las manzanas que quedaron a salvo de la inundación.

A partir de 2005 el nivel del agua comenzó a bajar sostenidamente y desde el 2017, el nivel de Mar Chiquita ha bajado casi cuatro metros y medio, como consecuencia principalmente de los cambios climáticos y la alteración de los ambientes naturales en Córdoba.

En la actualidad con una bajante histórica de la laguna, quedaron al descubierto las ruinas de épocas pasadas que se convirtieron en un importante atractivo turístico y cultural. Tras décadas bajo el agua, buena parte de sus ruinas quedaron al descubierto.

Desde el año pasado hasta ahora bajó 70 centímetros y ya lleva cuatro metros y medio desde 2017 a esta parte, unas cuatro cuadras de calle. Por eso, buena parte del pueblo que se inundó en 1977 resurgió.

El nuevo paisaje, además de causar nostalgia entre los locales, se convirtió en un atractivo turístico en la temporada de verano argentino, que aproximadamente empieza a mediados de diciembre y termina a mediados de marzo. Los visitantes ahora pueden recorrer las ruinas de varios de los hitos arquitectónicos del pueblo y apreciar algunos detalles que aún se conservan intactos. La idea es que se convierta en un Museo al aire libre, una especie de recuerdos a cielo abierto, con una pasarela para poder recorrer el lugar de forma segura.

Para documentar esto, un fotógrafo santafesino, Diego Dadone realizó un documental fotográfico que permite visualizar lo que se oculta debajo del agua. Te compartimos algunas de sus fotos.

Miramar de Ansenuza

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