¿Te acordás del autocine, aquella modalidad de los años 60 y 70 donde veías una película arriba de tu auto que se extinguió con el tiempo? ¿Quién nos iba a decir que en pleno siglo XXI cuando nos volvimos fanáticos de ver Netflix desde la comodidad de nuestras casas, se generaría la vuelta del autocine? Ante el resultado de la pandemia del coronavirus y los cambios de hábitos que debimos afrontar como el cierre de las salas cinematográficas, el autocine resurgió como una alternativa perfecta. La pandemia propicia esta forma de ver películas, social pero segura!
¿De dónde surgió la idea de ver películas en autocine?
La historia cuenta que la invención de los autocines se lo debemos a Richard M. Hollingshead quien construyó el primero en 1933 en New Jersey, Estados Unidos y cuya familia poseía la R.M. Hollingshead Corporation, un gran fabricante de artículos automotrices.
Existen dos versiones sobre su idea. La primera es que buscaba que su madre con obesidad pudiera ver una película en total comodidad, mientras que otra versión apunta a que Hollingshead buscaba únicamente impulsar el uso del automóvil y de sus productos. Lo cierto es que fue una solución para muchas familias numerosas que no podían comprar las entradas para el cine, convirtiéndose además en un punto muy atractivo para las parejas jóvenes.
Si bien el mayor auge fue durante la década de los 50 y principios de los 60 cuando llegó a haber abiertos 4000 autocines, finalmente fueron pasando de moda debido a los cambios de hábitos culturales, los costos de mantenimiento y la llegada del VHS y de los videoclubes, entre otros factores. Pero guardó recuerdos memorables en muchas personas que lo experimentaron.
Países que ya implementaron el autocine
Para aquellos que extrañan “ir al cine” pero quieren la mayor protección posible frente al virus se volvió la alternativa perfecta. Te compartimos los casos de algunos países que ya lo están implementando.
Argentina
En Argentina desde el 20 de marzo las salas de cine cerraron y según los datos aportados por la consultora especializada Ultracine, durante el primer cuatrimestre del año, se perdieron más de 5 millones de entradas. Aunque lejos de ser una opción tan redituable como las salas, una de las alternativas es el regreso del autocine.
En nuestro país son varias las iniciativas que revivieron este tipo de exhibición y ya hay autocines funcionando en las provincias menos afectadas por el coronavirus como Catamarca, La Pampa, Misiones y San Juan.
Además este mes abrieron varios autocines en la Provincia de Buenos Aires: En la República de los Niños en La Plata (con entradas a $800 por auto), en Las Toscas Shopping en Canning Ezeiza (la entrada cuesta entre $800 y $1200 por auto) en San Isidro (con entradas a $1200 por auto), en Bella Vista (con entrada a $1200 por auto) y en Escobar (con entradas a $1000 por auto).
También en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires este mes abrirán el autocine de La Rural (con entrada a $1500 por auto), el estadio Obras (con entrada a $1650 por auto) y Mandarine Park en Punta Carrasco.
Hay que tener en cuenta que las entradas no son numeradas sino que es por orden de llegada así que hay que llegar con tiempo y que como no hay estrenos, cada autocine proyecta las películas que considera. En cuanto a los protocolos al ingreso y previo al uso de las instalaciones, todos deben higienizarse con alcohol en gel, las entradas sólo se comprarán online, en cada auto la capacidad máxima será según el vehículo y el pedido de comida se hará por whatsapp o app.
Alemania
El caso de Alemania es un boom. No sólo se han mantenido abiertos los autocines sino que han doblado su número. Se ha pasado de unos 20 en todo el país a casi 50 en ciudades como Essen o Colonia. Los encargados dicen que “casi no importa qué película porque lo que la gente quiere es salir e ir al cine”.
Lituania
En este país acondicionaron el Aeropuerto Internacional de la capital lituana y lo bautizaron el Aerocine. Tiene capacidad para 150 vehículos.
Irán
La República Islámica de Irán, uno de los países más castigados por el coronavirus, se sumó a la fiebre del autocine. Lo que sucede en este país es que el fenómeno es allí completamente nuevo, y los espectadores se muestran muy sorprendidos.
Hay que tener en cuenta que este tipo de cine estaba prohibido desde el estallido de la Revolución Islámica en 1979; sus defensores sostenían que el invento concedía demasiada privacidad a las parejas jóvenes no casadas.
Estados Unidos
En Estados Unidos, la cuna del autocine, se van abriendo progresivamente algunos de los 300 que funcionan en el país frente al desolador panorama de más 5.000 salas convencionales cerradas.
Las reglas y pautas para los autocines varían según el estado. Algunos estados sólo permiten que las regiones que han aprobado ciertas medidas, como un porcentaje menor de nuevos casos de COVID-19, abran negocios como los autocines.
La United Drive-In Theatre Owners Association, que reúne a los dueños de estos negocios, espera que este creciente auge impulsado por el coronavirus se prolongue más allá de la pandemia porque “la gente va a seguir buscando entretenimiento fuera de casa pero con distancia social”.
Brasil
La ciudad de Rio de Janeiro, a 27 años de su última función de autocine, volvió a contar con uno a partir del 28 de mayo. Se trata del Lovecine, ubicado en un predio emplazado en el estacionamiento del Jeunesse Arena, uno los gimnasios construidos para los Juegos Olímpicos de 2016.
Además un complejo gigante ubicado en el centro de San Pablo se convirtió en autocine para reestrenar clásicos como Apocalipsis Now (1979).
Francia
En Francia se inauguró un cine flotante en un lago artificial de París, con capacidad para más de 200 personas.
España
Aunque quizá el más conocido sea el autocine de Madrid (inaugurado por el RACE hace un par de años), en España hay ocho salas de cine acondicionadas para que los espectadores vean la película sin salir de su auto.
Desde el 11 de junio funciona en Alicante el autocinema más grande de Europa con un espacio para 400 autos y una superficie completamente asfaltada.
En este país se potencia la compra de las entradas online y se muestra sólo por las páginas webs la carta de sus platos y bebidas, así como los números de celular para encargar cena y llamar a los mozos, y el punto de la estación de FM en el que se recibe el audio de la película. Todos los empleados llevan mascarilla y pantalla protectora además de guantes. Además aunque la idea es dar prioridad al servicio de catering con llamada desde el vehículo, los food truck sirven comida al exterior a través de mamparas.
Emiratos Arabes
Dubai es otra ciudad que tiene un autocine instalado en el techo de uno de los centros comerciales más grandes del mundo. La pantalla está debajo de la cima de la pista de esquí cubierta de este centro comercial.
El número de espectadores está limitado a 2 personas por auto en este local al aire libre y se pueden acomodar a hasta 75 vehículos a la vez. Las entradas cuestan unos 50 dólares por vehículo, incluido el pochoclo, los aperitivos y las bebidas.
Uruguay
La playa de estacionamiento del aeropuerto de Carrasco, en Montevideo, diseñado por el famoso arquitecto Rafael Viñoly funciona actualmente como un autocine. Se trata de un emprendimiento en conjunto del mismo aeropuerto, Life Cinemas y el grupo Magnolio que cuenta con una pantalla de 20 metros de largo y 16 de alto, una capacidad de 100 autos y locales gastronómicos para el público.
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