Viena, caminar entre melodías de Mozart

En unos de esos viajes sin rumbo prefijado en Europa, Viena apareció en mi camino.

Después de pasar varios días en Praga, a la hora de elegir, decidí ir rumbo a Viena.

Me encontré con lo que esperaba y mucho más también. Allí estaría R, compañero de casi todo ese viaje. Él se alojaba en casa de Lili, una serbia con quien hoy (4 años después) aún mantengo contacto.

Mi hospedaje, en casa de couchsurfers, estaba apenas alejada del centro lo que me permitió conocer sus barrios (sobre todo por que con ellos salíamos a caminar por lugares menos turísticos). Ellos Uruguayos, con quienes también mantengo al menos la comunicación…esas cosas bellas que tiene la convivencia de couchsurfing.

En mis días en Viena (creo que han sido 4…ó 5 como mucho) pude hacer y recorrer de todo. Tiene mucha más vida de lo que esperaba y eso que fuí el pleno invierno.

Uno de los paseos fueron los jardines del Palacio de Schönbrunn, también conocido como el Versalles vienés, es uno de los principales edificios históricos y culturales de Austria, hermoso, imponente y ostentoso (como la mayoría de estos lugares).

Un domingo por la tarde llegamos hasta la estatua de Mozart, en el Burggarten. El Burggarten, concebido según el estilo inglés, constituía los jardines privados del Emperador Francisco José I, marido de la emperatriz Sissi. En 1919, tres años después de la muerte del monarca, el Burggarten se convirtió en un espacio público. Ahí mismo (mate en mano) nos sentamos a ver como se juntaban a bailar swing…jardines, Viena, jazz…todo era impecable. Siguiendo la línea del jazz…Jazzlandia, a la vera del rio. Cualquier noche de invierno, una copa de vino y un jamón crudo, una banda en vivo…y nada puede fallar.

Viena se caracteriza por la cantidad (y calidad) de sus parques . Y hacer un recorrido por ellos o utilizarlos como espacio de descansar entre las tantas opciones para hacer en esta hermosa ciudad.

Algunas cosas para hacer (que diría que no se lo pierdan):

Palacio Belvedere

(Otro de esos ostentosos  espacios llenos de molduras) pero la espalda con su pileta en donde se refleja, no tiene desperdicio. A su vez, aquí funciona el museo, donde destacan obras de Schiele y donde he podido emocionarme con “El beso” o “Las Judith” de Klimnt.

Mercado Naschmarkt

si!!! aquí…vayan, beban y coman sin perderse de los sabores (y las calorías) que nos ofrece este mercado. También, los fines de semana, hay feria de venta de usados (de cualquier tipo de cosas que puedan imaginar).

Por último, más allá de perderse por las calles, caminar por la rivera, entrar a los negocios tipo “mercado de pulgas” y recorrer cuanto museo gusten (no recomiendo el Mumok…arte contemporáneo…no tiene nada interesante y es caro, es mas lindo comprarse un café y sentarse en los grandes bancos del espacio en donde está emplazado), busquen : La casa Hundertwasserhaus es un complejo residencial con un aspecto muy original construido entre 1983 y 1986. La construcción parece un rompecabezas hecho por un niño, en la que los suelos no son rectos, sino ondulados, y donde en el interior de las habitaciones crecen árboles. También podrán encontrar alguna que otra estatua el artista o una glorieta intervenida por el mismo. Llegar allí (de casualidad, por que fue antes de programar y elegir qué hacer) fue maravilloso.

Los colores y texturas, la falta de “estructura” de la decoración…da gusto ver que el único loco no era Gaudí y da ganas de perderse dentro de sus recovecos.

VOLEMOS A VIENA